miércoles, 29 de abril de 2015

Cuando un trasplante cambia la vida de una persona...


Son las 11,00 horas de la mañana y me dispongo a tomar el tren de cercanías en la estación de Santa Justa de Sevilla con destino Málaga. El propósito de mi viaje no es otro que el de visitar a una persona muy especial; para mí, para su familia y para todos los que le rodean. Un chico de 18 años diagnosticado de una enfermedad sistémica que afecta a su audición y a la función de ambos riñones y que en breve iniciará sus sesiones de diálisis por la rápida progresión que está desarrollando su enfermedad. Atrás quedaron las explicaciones de se médico de familia, nefrólogos, enfermeros, los análisis y estudios de pre-diálisis… hasta que un día le dijeron: ¡es ahora o nunca! y la noticia de un donante vivo conocido irrumpió afortunadamente en la vida de este chico y ¿por qué no?, en la vida de toda su familia. Hablamos de un trasplante de riñón…

¿Pero qué es un trasplante? Según la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) Un trasplante es sustituir un órgano o tejido enfermo por otro que funcione adecuadamente. Hoy en día constituye una técnica médica muy desarrollada que logra magníficos resultados para los receptores. No obstante, necesita obligatoriamente la existencia de donantes. Sin la solidaridad de los donantes no hay trasplantes.



En este caso el trasplante es programado en fecha y hora con donante vivo y conocido (familiar) y no se si conocéis el funcionamiento de cómo se desarrolla las horas previas a un trasplante pero debo decir que es toda una experiencia vital para el paciente y para la familia.

Ahora imaginad cuando el trasplante no es programado sino urgente tras donación de persona fallecida, donante cadáver que se llama. Los pacientes admitidos en la lista de espera que desgraciadamente es larga pero que en España se sitúa entre las mejores de la comunidad europea y a nivel internacional, que son compatibles con el órgano donado son llamados a acudir a su hospital de referencia por orden de lista y normalmente en grupo de varios candidatos. Imaginad por un momento esa llamada telefónica… ¿Señor Rodríguez?, tenemos un posible donante…  Llamada salvadora y aterradora a la vez que abre una puerta a la esperanza y a la curación de una larga enfermedad.


La espera se hace interminable cuando deben repetirse de urgencia análisis clínicos que determinen la mayor compatibilidad del órgano donado con el paciente y en caso de que sean varios compatibles será otorgado al que mayor tiempo de espera tenga a sus espaldas, según un baremo de puntuación llamados "criterios de distribución". Si la compatibilidad no está clara o si hay otro paciente con más puntuación no quedará más remedio para el paciente y sus familiares que volver a casa a la espera de una próxima llamada.

En caso de nuestro chico, la primera operación se realiza a primera hora de la tarde y se extrae del familiar-donante el órgano para posteriormente ser trasplantado en una segunda operación al paciente a última hora de la tarde, al cual no se le extrae ningún otro órgano sino que se añade el tercer riñón para sumar funcionalidad y disminuir riesgos quirúrgicos. 

Las dos operaciones son un éxito rotundo, nuestro chico despierta tras la operación y ya en las primeras analíticas de la mañana siguiente se refleja un desarrollo de la función renal hasta valores normales y una mejoría clínica evidente, ¡vamos que hasta tiene buena cara! Lo cual solo nos hace pensar en el regalo que se le ha hecho a este chico y a su familia. Empieza una nueva etapa en su vida que tendrá que afrontar, nuevos tratamientos, precauciones especiales… pero lo que si está claro es que la persona que recibe un órgano está recibiendo una segunda oportunidad en la vida. 

Para terminar os daré unos datos para que estéis orgullosos de nuestra sanidad y es que España sigue a la cabeza de los trasplantes de órganos. En 2013 se realizaron 4.279 operaciones de 1.655 donantes, lo que supone una tasa de 35,3 por cada millón de personas y según el Registro Mundial de Trasplantes en 2014 se superaron estos datos que superan a su vez a los de la Unión Europea (19,5) y a los de Estados Unidos (25,8). España es líder mundial en este aspecto desde hace 25 años.



España es un ejemplo imitado por la mayoría de los países de la unión europea y se rige por los principios de altruismo y equidad, somos un pueblo solidario, es el país con mayor tasa de donación de todo el mundo. Estas donaciones se realizan siempre de forma altruista y todo el proceso es cubierto, desde el punto de vista económico, por el Sistema Nacional de Salud. Estas bases de funcionamiento nos proporcionan el privilegio de tener mayores posibilidades de obtener un trasplante en caso de necesitarlo. El modelo español de funcionamiento de los trasplantes es considerado mundialmente un ejemplo a imitar, que de hecho se está implantando en gran parte del mundo.

Pero ser un modelo de solidaridad no puede servirnos para dar la espalda a la realidad. Cada día hay más personas que necesitan ser trasplantadas para seguir viviendo. Aproximadamente el 10% de los receptores fallecen mientras esperan recibir un órgano. Por eso debemos seguir al pie del cañón y superarnos día tras día, vamos por buen camino…








lunes, 15 de diciembre de 2014

Los beneficios de trabajar en equipo.



Últimamente me he dado cuenta que hay personas a las que les cuesta trabajar en equipo y estas personas son más de las que pensamos; Compartir logros y metas, alegrías y satisfacciones o todo lo contrario para también compartir problemas o dificultades. Comunicarse, respetarse, valorar al compañero y también saber discutir asuntos es importante para un profesional y más si es una profesión en la que se debe trabajar sí o sí y codo con codo con otra persona.


“Y es que dos cabezas piensan mejor que una y si se esfuerzan juntas pueden hacer maravillas”

El reparto de tareas realizado de forma equitativa hace aumentar la eficacia y el rendimiento, disminuye el tiempo de trabajo, además si establecemos metas de las cuales hacemos partícipes y responsables a cada miembro del grupo lograremos una mayor motivación y un clima de trabajo agradable para todos.

Me gusta cuando hablamos de “nosotros” y no de “yo”: Y es que una simple palabra lo cambia todo, si hablas de nosotros estas hablando de un grupo, de un club en el que te sientes orgulloso de pertenecer y en el que te sientes partícipe.

Me gusta la confianza: Un ambiente donde los compañeros confían entre sí en la toma de decisiones. Se confía en el otro para lo bueno y para lo malo. No me gusta cuando no se confía en otros miembros o existe recelo o falta de respeto hacia ellos.

Me gusta cuando compartimos objetivos y metas: involucrarse todos en un objetivo común en un grupo y cuando se desarrolla un sentido de pertenencia a ese grupo. Compartimos valores, la responsabilidad y el compromiso mutuo. Los logros o fracasos son responsabilidad de todos. No me gusta cuando se critica o infravalora el trabajo de otros compañeros que se esfuerzan en hacerlo bien (Otra historia es si tu compañero es un autentico vago).

Me gusta cuando todos los miembros se involucran en la toma de decisiones: El consenso en la toma de decisiones es fundamental para un grupo y para que un proyecto funcione. No me gusta si uno de los miembros toma una decisión e intenta imponerla a los demás.

Me gusta cuando nos comunicamos: nos contamos las ideas, las novedades, las cosas importantes que influyen en nuestro trabajo. No me gusta cuando escondemos alguna información y más si pueda ser relevante.

Me gusta cuando los miembros del grupo son distintos y trabajan cohesionados: la diversidad puede aportar ideas innovadoras, puede hacer que cada compañero aprenda de otro cosas nuevas. La diversidad te hace aprender cada día.


Me gusta la competencia sana entre compañeros, te hace ser mejor, esforzarte al máximo y sacará lo mejor de ti mismo. No me gusta cuando los compañeros compiten entre sí de forma destructiva.

En definitiva os diré que me gusta trabajar en equipo con gente que merece la pena...